¿Cómo tendrían que ser los másteres en España?

Sofía Riesco

Expertos en el área universitaria debatieron en un seminario organizado por la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria sobre la situación actual de los estudios de máster. Atraer el talento, fomentar la movilidad de los estudiantes, centrarse en la calidad y en la flexibilidad fueron algunos de los aspectos más comentados.

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En el actual debate de si los grados deben reducirse a tres años y los másteres aumentar su duración a dos, las opiniones están divididas. Algunos creen que el nuevo sistema otorgará la flexibilidad que necesita la universidad. Otros afirman que es una manera de acercarse a Europa. No obstante, muchas universidades han acordado no implantar el nuevo modelo 3+2 hasta 2017.

Este y otros temas se trataron en el seminario “Los estudios de máster en la universidad española actual" que se celebró el pasado 6 de marzo en Segovia, organizado conjuntamente por la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria, IE University y la Fundación Universidades y Enseñanzas Superiores de Castilla y León. En él, diversos expertos en materia universitaria expusieron sus opiniones sobre cómo deberían ser los másteres en España.

Precisamente el Consejero de Educación de esta comunidad autónoma, Juan José Mateos, cree que ahora es el momento más oportuno para reflexionar sobre los estudios universitarios y buscar soluciones a los retos que demanda la sociedad. A su vez, opina que ambas fórmulas (4+1 o 3+2) pueden ser buenas si se hacen bien, es decir, si responden a los intereses del conocimiento, especialización, formación e investigación.

¿Qué modelo predomina en Europa?

El catedrático y ex rector de la Universidade do Porto, José Carlos Marques dos Santos, es un firme defensor de Bolonia, del que dice que es “un instrumento para construir una universidad más fuerte y solidaria". Durante su intervención en el seminario mostró una visión global de los estudios de máster en Europa, donde predomina el sistema 3+2 con másteres de 120 créditos.

Es justo este sistema de créditos el que comenzó a implantarse con Bolonia, siendo necesario tener cierta cantidad de créditos para conseguir un título: 240 ECTS para el grado y 90 ECTS, en general, para obtener un máster en España. La duración suele ser de uno o dos años, y existen diversas modalidades: presencial, part-time, a distancia...No hay un modelo único ni de máster ni de grado, pero en la mayoría de países de Europa los programas son de 180 a 240 créditos. Sin embargo, no todas las titulaciones se adaptan a este modelo. Las ingenierías o la titulación de farmacia tienen más créditos.

El ex rector de la Universidade do Porto destacó que en los países que tienen el modelo de 3+2 entre el 50% y el 75% de los estudiantes continúan estudiando un máster. Según el catedrático, para diseñar un máster en Bolonia éstos deben orientarse a adquirir unas competencias, atender al número de créditos y la duración del programa, considerar la dimensión social y preparar a los estudiantes para los retos del mercado laboral y la empleabilidad.

¿Qué características deben definir los programas de máster?

El consejero delegado de Universia y ex rector de la Universitat Politècnica de Catalunya, Jaume Pagès, se preguntaba si hacía falta aún más regulación, más normativas para tener un conjunto de programas que sean útiles para la sociedad, o si basta con tener confianza en la autorregulación de las universidades.

En su opinión, la primera característica que tendrían que tener los programas de máster sería una cierta autonomía dentro del currículum, es decir, tienen que tener sentido por sí mismos. Observa que en general están pensados para que sean programas especializados, pero que también podrían incluir una formación generalista.

En segundo lugar, cree que deberían estar diseñados para atraer a estudiantes procedentes de distintos ámbitos, que los requisitos no sólo se centraran en la formación, sino también en la experiencia profesional previa. Una tercera característica sería que tuvieran salida a un mercado de trabajo específico, y que a su vez el programa del máster incluyera qué será capaz de hacer el alumno una vez finalice sus estudios. Esto sería la razón por la que el estudiante accedería a la institución: la confianza de que va a adquirir ciertas competencias en un periodo de tiempo determinado.

Por otra parte, el catedrático y ex rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Javier Uceda, afirmó que en el futuro habrá más demanda y movilidad de los estudios de postgrados, y que por tanto éstos deberían diseñarse pensando en un contexto global, atendiendo a la demanda especializada, buscando la calidad y la atracción y retención del talento.

Señaló además que el sistema universitario español es bastante más caro que en otros países de Europa, pero que sin embargo el precio no es un elemento discriminador, ya que en ocasiones un mayor precio no significa mejor calidad.

Por último, Guy Haug, experto europeo en evaluación y desarrollo de universidades, opina que el objetivo de los másteres es adquirir una serie de cualificaciones, no un diploma. Este tipo de titulación debería permitir el acceso al mercado laboral, y cree que la duración no es un aspecto fundamental a la hora de diseñar un programa de máster.

Para finalizar, y haciendo referencia al modelo 3+2 en España, afirmó que la reforma no sólo tiene que ver con los grados, sino que también habría que reforzar la etapa de los másteres. Señaló además que con el nuevo sistema los grados que reduzcan su duración a tres años no tienen la obligación de tener un máster de 120 créditos.

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