La universidad no logra paliar el déficit de talento digital de los egresados

Sofía Riesco

Son las propias empresas las que realizan programas de formación continua entre sus empleados para enseñarles los conocimientos que necesitan.

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La Unión Europea estima que el 45% de los empleos en 2022 estarán relacionados con el ámbito digital. A finales de 2020, LinkedIn contabilizaba más de 285.000 vacantes para puestos tecnológicos en Europa. A pesar de estas cifras, un 40% de los europeos no tienen las competencias digitales básicas para desempeñarse en este entorno digital, y un tercio de los españoles tampoco. Es por ello que en España se van a invertir cuatro mil millones de euros en los próximos cinco años para mejorar las competencias digitales.

En este contexto que demanda profesionales tecnológicos e informáticos se ha publicado la tercera edición del estudio ‘Empleabilidad y Talento Digital 2019’, elaborado por la Fundación VASS y la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid. Para realizarlo han entrevistado a más de 800 estudiantes de últimos cursos de Ingeniería Informática y de Telecomunicaciones, y a 57 expertos procedentes del mundo empresarial de 46 compañías de primer nivel.

El objetivo que persigue este estudio es identificar las deficiencias que existen hoy día entre las competencias TIC de los titulados y las necesidades de las empresas, así como proponer soluciones para resolver esa falta de talento digital.

Competencias digitales

Durante la presentación del informe, Lucía Velasco, directora del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), ha incidido en la necesidad de invertir en talento digital, ya que cada vez pasamos más tiempo en el entorno online, por ejemplo para realizar trámites administrativos. Afirma que las competencias digitales son especialmente relevantes para la sociedad en términos democráticos y de derechos de la ciudadanía, y que “invertir en competencias digitales es invertir en el presente y en el futuro, y en un determinado tipo de sociedad y de economía".

Por su parte, Elena Salgado, presidenta de la Asociación Española de Consultoría (AEC), asegura que las empresas detectan una falta de competencias digitales avanzadas, y que ni el modelo de grado ni de máster han sido capaces de dotar a los titulados de las competencias que se demandan.

Hacer saber tanto a la universidad como a los estudiantes lo que necesita la empresa es clave para Rebeca Navarro, directora de talento de Vodafone. “Hay que estrechar el vínculo entre universidad, empresa y estudiantes, y enseñarles qué necesitan estableciendo canales de comunicación", afirma.

Formación continua, hard y soft skills

Los titulados son conscientes de que han recibido una formación generalista y que necesitan aumentar su formación en otras competencias que no se adquieren durante la carrera. Sin embargo, los docentes creen que, a pesar de esta carencia, no tienen iniciativa para solucionarlo y esperan a verse en el mercado laboral para resolverlo. De hecho, son las propias empresas las que llevan a cabo programas de formación continua en sus trabajadores para enseñarles lo que les falta y que la universidad no logra paliar a tiempo de que obtengan el título.

“Las empresas tecnológicas han llevado a cabo un reskilling permanente", explica Salgado, centrándose sobre todo en el trabajo en equipo, la creatividad o el manejo de la información con criterio de análisis de datos. El reto está, apunta, en cómo hacer que el sistema educativo tenga un papel en ese reskilling constante y como la universidad sea capaz de, no solo de cambiar los programas, los métodos y la orientación, sino de hacer que los estudiantes puedan adquirir esas soft skill tan necesarias actualmente.

En cuanto a los conocimientos (hard skills) y competencias (soft skills), a la hora de contratar pesan más los primeros que las segundas. En este último aspecto prima la flexibilidad y la adaptación al cambio, la capacidad analítica y el trabajo en equipo. Por otro lado, los espacios competenciales más valorados por el mercado están vinculados mayoritariamente a la programación.

Mujeres en ingenierías e informática

Que solo el 15% de las estudiantes de Ingeniería Informática en España sean mujeres es un problema. La razón de porqué las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) no logran atraer a las jóvenes todavía no está claro. Salgado cree que una de las maneras de hacer que las chicas se interesen más por las ingenierías y la informática es enseñándoles las utilidades sociales que tienen estas carreras, es decir, destacar el lado humanista de la tecnología en cuanto a las aportaciones y mejoras que provoca en la sociedad. Tal vez de esta manera se logre que las niñas se sientan más atraídas hacia las carreras STEM.

Algo en lo que también coincide Pablo Trinidad, subdirector en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla y coautor del estudio, que cree que no se transmite bien la creatividad y la aplicación social de las ingenierías a las mujeres. “En las propias familias también hay miedo a que las hijas elijan una ingeniería", añade. “Hay que trabajar la conciencia social y la educación de base, ya que los estereotipos que se transmiten a través de la televisión también influyen en cómo se ve la profesión".

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