5 claves que se desconocen sobre la profesión de Community Manager

Redacción

El 25 de enero es el Día Internacional del Community Manager, y desde IMF Business School recuerdan las funciones de este perfil, clave en la estrategia de las empresas en las redes sociales.

Desde 2011, el cuarto lunes de enero se celebra el Día Internacional del Community Manager, una figura que desde que nació ha evolucionado considerablemente y se ha convertido en una atractiva salida profesional sobre todo entre los más jóvenes, atraídos por el manejo de las redes sociales.

Sin embargo, existe mucho desconocimiento alrededor de las funciones de este perfil, puesto que, además de gestionar calendarios editoriales para canales con miles de millones de usuarios, llevan a cabo muchas otras tareas tan necesarias. Por ello, IMF Institución Académica quiere ilustrar acerca de esta figura, convertida en clave para empresas, marcas o productos.

Como explica Nimrod Puente, Director del área académica de Marketing de IMF Institución Académica: “El community manager (CM) se ha convertido en el branding empresarial, en la comunicación orgánica de la empresa y en la atención personalizada al cliente. Y supone un 3 en 1 muy poderoso que no podemos dejar pasar si tenemos una empresa con el objetivo de posicionarse y crecer".

La demanda de community managers es cada vez mayor. Solamente en España, se espera que se generen entre 60.000 y 70.000 puestos de trabajo en los próximos tres años, sin contar con que cada día son más las exigencias del público en cuanto a su interacción en las redes sociales. Para conocerles mejor, desde IMF Institución Académica destacan cinco aspectos clave y menos conocidos en torno a la figura del CM:

1. Un perfil con una década de historia

Las redes sociales empiezan a ganar fuerza desde 2006, aproximadamente, año en el que Facebook se da a conocer y empiezan a comercializarse los primeros smartphones, que llevaban al bolsillo la experiencia social de forma instantánea. Pero no es hasta el boom de 2010, con el nacimiento de Instagram o la popularización de Twitter cuando surge la necesidad de crear un puesto laboral dedicado exclusivamente a la gestión de las redes sociales corporativas o de producto.

2. Mucho más que poner tuits y responder a las críticas

A este perfil se le reconoce la importancia de su rol, pero no su jerarquía o seniority. Cuando comenzó a popularizarse esta función, su principal objetivo era establecer un seguimiento de acciones y de los stakeholders relacionados con la compañía, participando en comunicaciones directas con clientes, distribuidores y otros agentes institucionales con una perspectiva de compartir información, canalizar quejas y demandas e informar sobre acciones relevantes de competidores directos e indirectos. Asimismo, han ido adquiriendo también un papel relevante en la animación y la dinamización de redes sociales en aquellos canales relacionados con el negocio de las compañías.

Actualmente, además de estas funciones, muchos de los CM han recibido formación especializada para integrarse como un agente más en el proceso de captación y fidelización de consumidores, sin duda fundamental para la gran parte de las compañías. Una evolución que deja constancia de la creciente importancia de este perfil y de sus labores, mucho más allá de la programación de contenido en cada perfil social.

3. Una labor que demanda disponibilidad 24/7

Los usuarios tienen la posibilidad de escribir a las marcas y a las empresas todos los días del año y a todas horas. Esta libertad que se le otorga a los internautas añade un hándicap al perfil del CM y no es otra que la dificultad de contar con un horario fijo. Así, la labor necesita de cierta dedicación y atención durante los fines de semana o más allá del horario laboral, por si puede surgir algún imprevisto.

Si bien no se trata de estar tuiteando o posteando las 24 horas del día, sí conviene contar con una organización y programación clara y sumar una buena monitorización para lograr estar al tanto de los comentarios o polémicas que puedan surgir en cualquier momento para tratar de ser ágiles en las respuestas y evitar posibles problemas.

4. La necesidad de trabajar en equipo

En ocasiones, se tiende a pensar que el CM es la única figura asociada al trabajo en redes, pero la realidad es que existen muchas otras más desconocidas, como la del social media strategist, encargado de la estrategia de redes; el social media analyst, fundamental para analizar y poner en cifras el trabajo social; o el de creative copywriter, para generar los mejores contenidos. Perfiles que deben hacer equipo para ir de la mano en el óptimo funcionamiento del área de Social Media de las compañías.

De hecho, muchos de ellos están trabajando ahora de manera muy cercana a los departamentos de marketing, además de en la parte de comunicación y relaciones institucionales, con el objetivo de reforzar los atributos de productos y servicios y presentarlos como alternativas que puedan influir en los procesos de toma de decisión de clientes y consumidores.

5. Ser community manager no es un hobbie: es un oficio

El intrusismo laboral está a la orden del día cuando cualquiera se siente con facilidad para realizar una labor, y, precisamente en este sector, el porcentaje de personas que realizan este tipo de trabajo sin formación es muy alto. Hay que tener en cuenta que las marcas se han acercado al consumidor gracias a la figura del CM frente a otras técnicas convencionales, lo que ha permitido que la comunicación sea bidireccional.

Por ello, para ejercer esta labor, además de contar con conocimientos de marketing digital, Nimrod Puente señala una serie de atributos, como “ser un buen comunicador, escribir correctamente o tener agilidad mental para responder comentarios, que ayudan a completar el perfil de estos profesionales".

IMF Institución Académica cuenta con un Máster en Marketing y Comunicación Digital en su cartera de servicios donde ofrecen un programa completo con profesores de primer nivel y en modalidad online, semipresencial y presencial.

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