Desde hace varias décadas, se viene insistiendo, tanto por parte de los líderes empresariales, como desde los medios académicos, en que la obtención de innovaciones, en la gestión, en el producto y en el proceso, resulta una herramienta competitiva fundamental para todo tipo de empresas y organizaciones. Y que una forma especial de innovación, como es la internacionalización empresarial, tanto en la apertura comercial a los mercados exteriores, como en la implantación de unidades productivas en países extranjeros, resulta en muchos casos la única respuesta competitiva posible para afrontar el desafío que la globalización implica para las empresas de todos los tamaños.
En consecuencia, el fomento de la innovación en las empresas, así como el desarrollo de su internacionalización, han adquirido relevancia, no sólo desde el punto de vista empresarial, sino como fuente de progreso económico y social.
Dada, pues, esta relevancia, resulta indudable la necesidad de que la investigación en el área económico-empresarial profundice en estos temas, por otra parte claramente interrelacionados.