La disciplina de la bioinformática surge como una respuesta a la necesidad de analizar datos biológicos de tal volumen y complejidad que requieren del uso de herramientas informáticas. La aplicación de la genómica en distintas áreas del conocimiento como medicina, biología, agroalimentación, farmacia, etc. genera la necesidad de formación de nuevos expertos capaces de afrontar los nuevos retos que el futuro de estas disciplinas generan. La reducción del precio de estas metodologías sitúa en un horizonte muy cercano su inclusión no solo en investigación, donde ya se están usando, sino en la misma práctica clínica o profesional. Esto quiere decir que no sólo los investigadores de ciencias de la vida van a necesitar una formación en bioinformática, sino que la propia práctica clínica o las empresas de base biotecnológica o biomédica demandarán en pocos años un buen número de especialistas en análisis de datos genómicos. Asimismo, desde el punto de vista de la informática se abre una nueva área en el que el desarrollo de software bioinformático se convertirá en un aspecto de máximo interés.