El objetivo fundamental no es otro que la formación avanzada de los alumnos en Ingeniería Química, centrada en el desarrollo de competencias de alto nivel, como la capacidad de resolver problemas complejos, la adaptación a situaciones cambiantes, el aprendizaje de forma autónoma o la generación de nuevas ideas. Junto a ello, la formación de los alumnos para las tareas de investigación, desarrollo e innovación tecnológica, con la adquisición de competencias como: utilización de bibliografía científica y técnica; análisis de resultados experimentales; planificación y ejecución de experimentos y proyectos y el empleo de técnicas de comunicación eficaces. En último término, la transferencia de conocimiento al sector productivo y a la sociedad, supone el culmen formativo del plan de estudios.