La capacidad de análisis para poder abordar situaciones complejas, distinguiendo lo fundamental de lo accesorio.
La capacidad de síntesis para que el análisis anterior no se quede en un nuevo ejercicio intelectual, sino que sea una herramienta para la adopción de decisiones concretas, evaluación de los riesgos y puntos débiles de las mismas, y desarrollo de planes de acción que las llevan a buen término.
La capacidad de convicción que permita "vender" las propias ideas y hacer que sean aceptadas por las personas que tienen que participar en su desarrollo.
La capacidad de aceptación de ideas ajenas que complementen los puntos de vista propios y que contribuyan a encontrar la solución más adecuada a los problemas.
La capacidad emprendedora, porque emprendedor no es sólo el que crea su propia empresa, sino también aquel que contribuye con sus ideas al crecimiento y mejora de la organización en la que trabaja.
Al finalizar el MBA se pretende que los alumnos posean:
Una visión estratégica de la empresa y de la función directiva.
Los conocimientos necesarios para desarrollar dicha función con la máxima eficacia, creatividad y altura profesional, utilizando en cada momento las técnicas y herramientas necesarias, de la forma más adecuada.
Una visión global e integrada de la empresa y, consecuentemente, una visión integradora de la función directiva con relación a las diferentes áreas funcionales de las que se compone una organización, de tal manera que se potencie el desarrollo de una carrera directiva ascendente a posiciones de gestión más generalistas.
Habilidades y capacidades en la dirección de personas que permitan asumir de manera efectiva una posición de liderazgo sobre sus equipos, activando la integración y compromiso de las personas que los forman.