Dominio de un buen nivel de comunicación oral y escrita, esencial para tener capacidad para abordar los dos planos básicos de la profesión. A saber, a) el análisis de un problema histórico-arqueológico específico; y b) la elaboración, planificación y desarrollo, de forma coherente y en las secuencias lógicas, de proyectos y programas de investigación o trabajo profesional en la Arqueología.
Capacidad para emplear eficazmente las TICs en la obtención y organización de la información.
Aprendizaje en el trabajo en equipo y capacidad de coordinar equipos pluridisciplinares.
Trabajar de forma autónoma, con iniciativa y posibilidad de aprender a aprender.
Compromiso con la ética y la responsabilidad social.
Competencias específicas.
Capacidad para identificar las diversas formaciones sociales y su evolución diacrónica a partir del registro arqueológico.
Capacidad para comprender y poder aplicar conocimientos avanzados en la metodología y técnicas arqueológicas de campo y laboratorio.
Capacidad para conocer y aplicar las estrategias de investigación que informan sobre relaciones interregionales (análisis de materias primas, estudios estilísticos, revisión de fuentes escritas, etc).
Capacidad para desarrollar y gestionar la actividad arqueológica dentro del correspondiente marco legislativo e institucional.
Dominio de los principios generales de ordenación del territorio y planeamiento urbanístico, así como de las estrategias para la evaluación de los estudios de impacto arqueológico.
Capacidad para comprender y hacer comprender la importancia que tiene la difusión en las labores de recuperación, estudio y protección del patrimonio arqueológico.
Comprender la producción historiográfica en Arqueología desde sus orígenes y reconocer de forma crítica las distintas orientaciones teóricas y metodológicas que rigen actualmente la producción arqueológica.