El proceso de enseñanza-aprendizaje en Neuropsicología debe proporcionar criterios que avalen una formación teórica y aseguren la adquisición de competencias para una intervención neuropsicológica de calidad, en sus diferentes campos de aplicación: evaluación, diagnóstico y enfoques terapéuticos adecuados de los déficit cognitivos, conductuales y funcionales. Se requiere tanto de conocimientos teóricos como prácticos, que sólo pueden conseguirse completando la formación universitaria con estudios de posgrado (Master y Doctorado). La necesidad social de la figura del neuropsicólogo plantea el deber de proteger los intereses de los profesionales cualificados, así como velar por los derechos de los usuarios, ofreciendo servicios que respondan a las demandas dentro de un marco profesional fiable.
En el ámbito asistencial cada vez más se demanda al neuropsicólogo como profesional con unas competencias asistenciales específicas, en relación con las necesidades del paciente con daño cerebral.