Desde las primeras semanas de su existencia intra-uterina, el bebé será vigilado, medido, ecografiado y sometido a pruebas en algunos casos; su nacimiento será programado en función de criterios técnicos y éticos por sus padres, pero también por diferentes actores del campo sanitario y social: psicólogos, trabajadores sociales, médicos, genetistas… y se espera que nazca sano y que desarrolle todas sus potencialidades. Pero no siempre es así. En algunos casos deberá pasar largos periodos en el hospital y deberá hacerse lo posible para que su estancia no le afecte psíquicamente de manera grave. Los padres deberán ser ayudados para sobreponerse de su desamparo y ser guiados para que el niño desarrolle al máximo sus posibilidades.