Los retos de competitividad, innovación y desarrollo que se plantean a la empresa actual, unido a la imparable tendencia a la globalización de los mercados, suponen un permanente esfuerzo a los gestores de las empresas, para mantener la eficiencia de los procesos, en un contexto de mejora continua de los mismos.
Por otra parte, el factor humano en las organizaciones se revela como un elemento especialmente valioso, para hacer frente a los retos mencionados y para la supervivencia de las empresas.
En este marco, los gestores de las empresas deben estar capacitados para la toma de decisiones y el liderazgo organizativo, aplicando las políticas y objetivos generales de empresa y siendo capaces de integrar dichos objetivos y políticas en todas las áreas de gestión de las que sean responsables.
La empresa actual, exige a sus gestores la capacidad para la toma rápida de decisiones, única manera de responder eficazmente a las demandas externas e internas que se reciben constantemente, de modo que el gestor de la nueva empresa ya no es suficiente que posea los conocimientos especializados de su área inmediata de responsabilidad, sino que debe manejar con suficiencia otros saberes paralelos, pero que son esenciales para alinear su gestión con la gestión general de la empresa y lograr así las necesarias sinergias que conduzcan al éxito de la empresa.
En el campo de la Seguridad y Salud Laboral es de aplicación el fenómeno general anterior, dado que, debido a la reglamentación, o a la propia política de la empresa, todo gestor de la misma ha de disponer de conocimientos suficientes para poder analizar los problemas preventivos y adoptar las soluciones pertinentes en términos de eficacia, eficiencia y rentabilidad.