Identificar las necesidades, aspiraciones y problemas de las personas con las que interviene, los factores sociales que les influyen y son su contexto vital y, sobre todo, los aspectos psicosociales que están a la base de las mismas ya sea a nivel de individuo, como a nivel de grupos y comunidades… Consecuente, realizar un correcto diagnóstico psicosocial y establecer unos adecuados objetivos de intervención psicológica así como realizar los informes psicológicos periciales necesarios.
Establecer una adecuada relación de ayuda y el despliegue de una adecuada gestión de las emociones presentes en las personas, incluida la propia persona profesional, y los grupos.
Trabajar preventivamente, individual o grupalmente, con personas en situaciones de duelo, estrés agudo y crónico, crisis humanitarias…
Gestionar conflictos, interpersonales e intergrupales, mediante técnicas de negociación y mediación en diversos contextos (familiar, escolar, comunitario…). Esta competencia permitirá obtener el reconocimiento oficial de mediador familiar.
Dinamizar grupos de apoyo y grupos de autoayuda para personas en situaciones de cambio y crisis.
Diseñar, ejecutar y evaluar proyectos de intervención, de naturaleza psicológica, de una manera crítica, reflexiva y consensuada, a partir de la participación activa de los grupos y colectivos destinatarios de la intervención social ejerciendo un liderazgo en los mismos.
Demostrar la capacidad de concebir, diseñar y poner en práctica procesos de investigación psicológica pertinente y con rigurosidad académica, de carácter teórico y empírico, básico y aplicado, en el ámbito social. Esta competencia capacitará al alumnado a proseguir sus estudios en un programa de Doctorado en Psicología.