Conocer y aplicar los principios, metodologías y herramientas propias de la intervención en jóvenes y
adultos con discapacidad, conociendo en profundidad su problemática y teniendo en cuenta su contexto
socio-familiar, los recursos disponibles y los principios deontológicos, en orden a desarrollar un trabajo
integral.
Demostrar, aplicándolo adecuadamente, un conocimiento del marco social, legal y administrativo que
regula la práctica profesional en diversos ámbitos y áreas, así como la red de servicios públicos y privados
en los que desempeña su labor el profesional de la discapacidad, siendo capaz de pensar críticamente en la
realidad sobre la que interviene.
Trabajar en equipos multidisciplinares, conociendo los roles y competencias de cada profesional,
apreciando la contribución y la complementariedad de las disciplinas y profesiones implicadas en la
intervención en discapacidad, siendo capaz de identificar las limitaciones de cada una.
Proponer, diseñar e implementar soluciones a problemas y casos complejos, argumentando
adecuadamente los principios y criterios que sustentan las decisiones y juicios adoptados, e identificando
las posibilidades y limitaciones de la intervención y mostrando capacidad de innovación y orientación a la
calidad.
Apreciar las implicaciones sociales y éticas de la intervención en el campo de la discapacidad y
respetar y defender los derechos humanos, los principios democráticos, los principios de igualdad entre
mujeres y hombres, de solidaridad, de accesibilidad universal y diseño para todos, de fomento de la cultura
de la paz y de respeto a la diversidad y a la pluralidad humana en todos los órdenes.