La primera definición de una figura profesional denominada Agente de Igualdad podemos encontrarla en 1985 en un Seminario organizado por el Centro Europeo para el desarrollo de la Formación Profesional. En este seminario ya se afirmó la necesidad sobre una formación universitaria anterior (licenciatura, Diplomatura) un complemento formativo referido a: Conocimientos jurídicos, económicos, sociológicos y de gestión, estudios sobre el feminismo, diseño y manejo de de proyectos de acción positiva y técnicas de evaluación, conocimientos sobre la comunicación humana. Posteriormente en el año 1991 el Instituto de la Mujer debatió en su reunión anual la intervención del Agente de Igualdad en lo local, contando con algunas publicaciones anteriores como “Guía didáctica: Asesoras para la Igualdad”. Algunos países del entorno Europeo ya habían comenzado a regular esta figura profesional.