Es conocido que las plantas viven generalmente en ambientes no óptimos para sus funciones fisiológicas, que en muchos casos llegan a situaciones extremas para la vida vegetal. Estas condiciones de estrés provocan fuertes reducciones en la productividad vegetal en muchas regiones de la Tierra. Los factores estresantes pueden ser tanto abióticos (como factores climáticos, del suelo en el que crecen sus raíces y antropogénicos) como bióticos (ataque de bacterias, hongos, virus, herbívoros, etc.). Indudablemente, los efectos de estos factores estresantes en las plantas y, principalmente, los mecanismos de respuesta a ellos son de sumo interés, tanto a nivel de formación académica como investigadora, en orden a poder contrarrestar sus efectos negativos sobre la productividad vegetal.